Anechy Notes: Nuestra vida en Les Saintes

Este año, por diversas razones, decidimos no irnos muy lejos. Así que nuestros planes se enfocaron en el sur de Guadalupe, nuestra isla favorita: Terre d'Haut. Las últimas dos semanas hemos estado perdidos en nuestras aventuras en el paraíso. A nuestra llegada sentimos como si no hubiésemos partido unos 10 meses atrás. Todo se mantiene en la misma calma y belleza. Los residentes no han cambiado mucho y nos recuerdan, a pesar del volumen de turismo diario. Se siente como nuestro segundo hogar... ¡oh-oh!

Este viaje decidimos no seguir la rutina de los habitantes, bagettes y croisants todos los días con una buena tasa de café, en cambio, Jim saluda con su Bon jour, comment ca va sureño, al que todo el mundo responde con alegría. Nos reunimos con amigos que conocimos el año pasado, nuestros vecinos en el anclaje, autores de mi inclinación por tocar ukulele. Y ello nos han arrastrado a todo tipo de actividades sociales.

Llegamos un miércoles, y el sábado nos invitaron a una fiesta para una campaña electoral, la primera vez en mi vida. Lo más versátil y divertido que me imaginaba como actividad política. Todo el pueblo estaba ahí, la gente sencilla con mucho que dar. Bailando, compartiendo con todo el mundo y sobre todo tomando, porque había bebida y comida gratis. Una mujer nos dijo en el camino que había que tener invitación para entrar, ninguno de los cuatro somos de la isla, pero fuimos recibidos con cuatro Heinekens. Luego el alcalde del pueblo Lois Molinier, y uno de los candidatos a las próximas elecciones llegó a la fiesta y compartió con todos, incluso con nosotros. ¡Guao! ¡Qué honor! Privilegio que no hemos tenido en Beaufort.

Nosotros llegamos en la semana del madigra (carnaval), y a diferencia del año pasado; que solo había un camión con unas bocinas y niños corriéndole detrás; la producción fue grande y tuvimos tambores y gente en disfraces alrededor de la villa por cuatro días.

Desde que andamos con nuestros amigos Christian y Marie-Laure, y guitarras y ukuleles a cuesta, todo el mundo nos saluda. Christian dice que aquí te hace más popular la música que el dinero. Gracias a ellos también conocimos a Patrik, periodista que ha entrevistado a muchos músicos, incluyendo artistas cubanos, con quien compartimos dos días y terminó invitándonos a Bordeaux.

Our life in Les Saintes

This year, for various reasons, we decided not to go very far south. So our plans were focused on the South Guadalupe, our favorite island: Terre d' Haut. The last two weeks we had been lost in our adventures in paradise. On our arrival we felt like if we had not left 10 months ago. Everything feels the same, calm and beautiful. Residents have not changed much and still remember us, despite the daily volume of tourism in the town. It feels like our second home ...oh- oh!

This trip we are not following the routine of the inhabitants, bagettes and croissants every day with a good cup of coffee, however, Jim salutes with his southern Bon jour, comment ca va? To which everyone responds with joy. We met with friends we met last year, our neighbors in the anchorage, the authors of my inclination to play ukulele. And they have dragged us to all kinds of social activities.

We arrived on a Wednesday, and on Saturday we were invited to a party for an election campaign, the first in my life. The most versatile and fun I could fancy as a political activity. The whole town was there, the simple people with much to give. Dancing, sharing with the everybody and especially drinking because there were free food and drinks. One woman told us, in the way there, that we needed invitations to get in, none of the four of us are from the island, but we were greeted with four Heineken. Then the town mayor Lois Moliniér and one of the candidates for the next election, came to the party and shared with everyone, including us. Wow ! What an honor! Privilege we have not had in Beaufort.

We arrived in the week mardigra (Carnival), and unlike last year, that there was only one truck with speakers and children running down behind, the production was great and we had drums and people in costumes around the village for four days.

Since we walk with our friends Christian and Marie-Laure, and guitars and ukuleles, everyone greets us. Christian says here makes you more popular the than money. Thanks to them we also met Patrik, a journalist who has interviewed many musicians, including Cuban artists; who we shared two days with and ended up inviting us to Bordeaux.