Sunday, November 9, 2014

Francia ya no es la tierra del más allá



Después de un fin de semana de interminables fiestas, majestuosos platos y deliciosos vinos; Jim y yo rentamos un auto para ir a Francia. El lugar más cercano en el que podíamos encontrar uno con transmisión automática era en Girona, a unos 45 minutos al norte de Palamós. Jim hizo la reservación por Internet, y lo único que tenían disponible era un VW Golf. El lunes en la mañana, Marie-Laure nos condujo hasta la estación de trenes en Girona, donde encontramos una pequeña oficina con un solo agente y una linea de clientes en la puerta. La espera fue un poco larga y cuando fue nuestro turno nuestro VW Golf no estaba disponible. Con mucha pena nos informaron que, en cambio nos tenían un Mercedes Benz automático, turbo diesel, con solo 5000 km. Media hora más tarde nuestro corcel blanco se lucía por la autopista hacia tierra francesa.



Nuestra primera parada fue en la ciudad medieval de Carcassone. En el camino atravesamos muchísimos villas medievales en las cercanías del Canal du Midi. Como teníamos planes de visitar la ciudad durante nuestra semana navegando el canal, decidimos no ir al castillo.

Estrella a la entrada de la ciudad


Catedral en reparación

Monumento por los mártires de la Segunda Guerra Mundial

Canal du Midi
La primera noche la pasamos en Toulouse, antes de llegar al hotel cenamos en un restaurante asiático, donde la comida, por alguna francesa razón estaba mucho más elaborada. A la mañana siguiente fuimos a explorar la ciudad de Toulouse.

El Canal du Midi estaba a solo unas cuadras del hotel




Sistema de aqueductos de la ciudad de Toulouse


Mientras caminabamos las calles de Toulouse,  en busca del casco histórico, un autobus paró. Yo pregunté al conductor si llegaba hasta el Capitolio. A penas entendí su respuesta. Aun así subimos, para adentrarnos en la mágica ciudad rosa (llamada así por el color se sus edificios y tejas). De repente la estrecha calle se transformó en una plaza; con tiendas ambulantes, cafés en los portales de largos inmuebles. El conductor dijo: "Arrivé, madame".

Capitolio de Toulouse

Mercado








A las 2 de la tarde del siguiente día, salimos de Toulouse rumbo a Gujan Mestras, a una hora de la Ciudad de Bourdeux. Cathy, otra amiga que conocimos en Les Saintes, nos había ofrecido su hospitalidad. Gracias a nuestro GPS, con elegante acento británico; encontramos el camino, y después de una siesta de hora y media en un área de descanso, llegamos a casa de Cathy. A diferencia de los semáforos en todas las intercepciones en Estados Unidos; las rotondas en Europa hicieron le viaje en la carretera mucho más fácil. 

Hermosos Canapés a lo largo de la carretera
Cathy nos esperaba con un banquete salchichones, setas preservadas en aceite de oliva, paté de sardinas, vinos locales y caseros, panes integrales y quesos (mi debilidad). Después de la sena y una larga sobremesa fuimos a dormir. Cathy no solo es una maravillosa persona, sino también una excelente anfitriona. Nos quedamos en su casa dos noches y tres días, donde finalmente nos adaptamos a la hora local.

A la mañana siguiente nos mostró  la explanada de los ostra-agricultores. 


Mapa de la región

Mural sobre Ostra-agricultores 

Bote tradicional de Arcachon
Atracadero donde descargan las jaulas con als ostras maduras
Los caños de ostras se adhieren a  tejas
Cualdo alcanzan sierta madures son puestas en jaulas en el agua

Las conchas de ostras son resicladas para la próxima generacion de caños
Sociales y golosos, habitantes de la región
Nuestra guía turística, en el fondo las cabañas donde almacenan redes, tejas, jaulas, etc.
Luego fuimos a la Duna de Pilat, la duna de arena más grande de Europa, donde David, el novio de Cathy practica parapente. A pesar de no haber mucho viento, los cometas tenían suficiente para adornar el paisaje. Caminar en la arena es bastante difícil, imagina escalar hasta la cima: Se dan dos pasos adelante y diez hacia atras. La vista es asombrosa, al norte se extiende la bahía de Arcachon y al sur el bosque de pinos, que a pesar de su altura se ven pequeños desde la duna; que con sus 4 kilómetros de largo, se asemeja a la espalda de un dragón. Luego descendimos para disfrutar la puesta del sol, una hora de vino y delicioso picnic que Cathy había preparado.

Escalando la duna


Cima de la duna


Pique-nique
Cuando hubo oscurecido completamente recogimos y comenzamos la escalada de regreso al auto; que estaba aparcado en la carretera a media milla por un camino de piedras y arena. La Duna de Pilat es considerada parque nacional, por lo que no hay luces artificiales. Todos encendimos las linternas de los teléfonos celulares para adentrarnos en el bosque, cuando una lucesita se asomó detrás de la enorme masa de arena. Fue un momento mágico ver la luna llena naciendo detrás de la duna.

La luna

Nuestro tercer día con Cathy fue "en buen cubano" para ponerle la tapa al pomo. Unos amigos nos invitaron a dar un paseo en bote por la bahía de Arcachon. David preparó una tarta de manzanas para chuparse los dedos. El clima no podía ser más perfecto. Buena temperatura, soleado y la marea baja. Luego Cathy nos mostró las casas tradicionales de Arcachon. Ella hizo nuestra estancia en el área muy especial.

Marea baja

Ciudad de Arcachon


Barra de arena donde crecen las ostras y las casas en alambique


Hora de almuerzo

Tarta

Buen vino

Dulce vida


Barco con jaulas de ostras

Iglesia construcción tradicinal de Arcachon




Entrada de la casa de Alexander Dumas
Después de tan maravilloso día emprendimos un nuevo viaje con destino a Saint Rojan; a solo una hora de viaje; donde una amiga nos esperaba. Otra aventura y más historias.


AnechyNotes

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