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Tesoro de la playa de Culebrita |
Salir
del muelle fue un poco; como nuestro amigo de Venezuela dice;
emocionante. Pero una vez que logre zafar el ancla de la cuerda del
poste; el canal de salida de la laguna parecía un pasaje al
infinito. ¡Ah! Esas aguas en constante bullir con el rugir del
viento... son lo mejor que hay para esta alma de corazón marinero.
Pasamos
dos noches en Christmas Cove, uno de los mejores lugares en el
Caribe: bellas aguas color turquesa, una red coralina espectacular,
clara como un acuario; a pesar del deterioro del coral. El lugar se
queda casi desierto después de las cuatro de la tarde, cuando todos
los botes de turismo parten. Primer balcón para la puesta del sol y
una briza constante. St. Thomas está a solo una milla de distancia,
las luces de la isla se encienden como luciérnagas en la distancia.
No hay ruido, solo el viento y las olas chocando contra el barco.
Dos
noches meciéndonos es suficiente preparación para una aventura de
24 millas, recto hacia el oeste. A las 730 a.m. estábamos en
nuestra ruta. Capitán tras la rueda y tripulación en alerta, media
pastilla de neutamina, me ayuda contra el mareo. Vientos de cero nudos en la popa. El bote
se movía a 6.1 nudos, impulsado por la vela de hierro, ayudado por
la corriente y el viento. Mi Capitán dice que el regreso al St.
Thomas no va a ser tan bonito.
De
cualquier modo, aquí estamos, en Culebrita.
El lugar es una joyita.
Desde la colina un bello faro de ladrillos nos observa y si hay seis
botes anchados es mucho.
Nuestro amigo Mike Brown, de Beaufort, NC; navegaba su bellísima Russamee, con sus cuatro velas blancas a todo viento. Espectacular recibimiento. El no sabí que nosotros llegábamos y nosotros no sabíamos que el iba a estar en Culebrita esta mañana.
Nuestro amigo Mike Brown, de Beaufort, NC; navegaba su bellísima Russamee, con sus cuatro velas blancas a todo viento. Espectacular recibimiento. El no sabí que nosotros llegábamos y nosotros no sabíamos que el iba a estar en Culebrita esta mañana.
Ya
nadamos y nos hicimos un delicioso batido de guanabana. Jim duerme
una siesta. Yo escucho música y escribo. Esta noche anclaremos en
Ensenada Honda.
Happy hour es a las 5. Más conocidos estarán ahí.
No es tan dura la vida de esta criolla fuera de Cuba, después de
todo.
Jueves,
23/01/2014
AnechyNotes
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