Wednesday, April 23, 2014

A celebrity in BVI


Cindy's Birthday in Saba Rock

Joel and Cindy spent a week floating around Virgin Gorda, Peter Island, Norman Island and Cooper Island. They enjoyed more the tranquility of the boat, to read and sleep in the morning and to watch the scene. Those were good days of intense hard work, there was not a lack of the generosity from them, we were invited to eat out several times. Although I honestly prefer to cook. Finally we went to Biter End, in Virgin Gorda, where we spent two days. Partly because we had good internet connection and also because the Captain caught a terrible cold. There we celebrated Cindy 's birthday at Saba Rock and I baked a gluten free chocolate cake, coated with cocoa sauce and grated coconut, tout fait à la maison.
Birthday cake
During dinner, the restaurant manager came to our table and talked to us for a long time, about the tarpons they feed every afternoon to entertain tourists; and celebrities who have visited the Island and the yachts anchored in the bay. "Ah! Harrison Ford was here this afternoon. "He said proudly. Cindy and I opened our eyes. The funny thing is that that morning, in search of water and fuel for the boat, we took a tour around the bay, watching the yachts and writing down the names to look it up online. Among them, there was one with an inflatable slide at least 40 feet tall. Our host told us that was nothing more and nothing less than the HF yacht.


Next morning, before leaving for Trellis Bay, on the island of Tortola; the Captain gave us another tour around the harbor, Cindy wanted to see the “slide” closer. It was 10:00 am. “What is the chance that HF is awake?”. We all said. I sat on the deck, if there was any chance, I would be in the first seat. We passed about 50 feet from the yacht, we saw a waitress carrying a tray in her hands with a cup of steaming coffee, I could almost smell it. In the back of the boat there was a beautiful table with flowers where a family gathered around. They were enjoying breakfast peacefully until we arrived. We didn't want to interrupt, so we just kept on going. Then we recognized him, his gray hair and features are unmistakable. Everyone at the table looked up to stare at the intruders. I said goodbye with my hand from the deck, as usual salute at sea. Harrison was the only one who waved back. You can not imagine what this this Creole girl, big fan of Indiana John did: I started jumping up and down of joy. Really, what is the chance one has to find a celebrity and that he returns the greeting.

After the great experience our captain provided; I got behind the wheel, he went on deck, "Bow to the wind! Raise the sails!" And Salty Shores began his journey to the canal between the coral Cactus reef and Colquhoun reef. That morning we had the first north swell of the season. The fact is that the waves seemed like a wall, at least 10 to 12 feet high. Joel was in heaven, longed for a brisk sail, and he got it. Cindy got seasick, but the rain helped cool the nausea and when the storm stopped we were at the entrance of Trellis Bay.

After lunch, we said goodbye and Jim took them to the dock. Their trip in Salty Shares ended, but a new adventure was awaiting for them in Tortola, where they had booked a hotel. To us, however, the big clean up was expecting us, change of linens and prepare a dinner for our next guests; who were arriving at 4:00pm.


AnechyNotes

Una celebridad en BVI


El cumpleaños de Cindy en Saba Rock

Joel y Cindy pasaron de una semana flotando alrededor de Virgen Gorda, Isla de Peter, Isla de Norman e Isla de Cooper. Ellos disfrutaron más la tranquilidad del bote, leer y dormir la mañana y observar el panorama. Fueron unos días bien intensos de mucho trabajo, no faltó la generosidad por parte de ellos, que nos invitaron a comer afuera varias veces. Aunque yo, honestamente, prefiero cocinar. Por último fuimos a Biter End, en Virgen Gorda, donde pasamos dos días. En parte porque teníamos buen Internet y también porque el Capitán agarró una gripe terrible. Allí celebramos el cumpleaños de Cindy con una cena en Saba Rock y un cake de chocolate sin gluten, revestido con salsa de cacao y coco rallado, tout fait à la maison.

Cake de Cumple
Durante la cena, el gerente del restaurante vino a nuestra mesa. Y conversamos por largo rato sobre los sábalos que alimentan todo los días para entretener a los turistas; de las celebridades que han visitado la Isla y de los Yates anclados en la Bahía. “¡Ah! Harrison Ford estuvo aquí esta tarde.” Nos dijo con orgullo. Cindy y yo abrimos los ojos. Lo curioso es que esa mañana en busca de agua y petroleo para el bote, hicimos un tour, mirando los yates y anotamos los nombres para luego buscarlos en Internet. Entre ellos había uno con una canal inflable de al menos 40 pies de altura. Nuestro anfitrión nos contaba que ese era, nada más y nada menos que el yate de HF.

A la mañana siguiente, antes de partir hacia Tralis Bay, en la Isla de Tortola; el capitán nos dio otro paseo por el puerto, Cindy quería ver la “canal” desde cerca. Eran las 10:00 am. “¿Cual es el chance de que HF esté despierto?”. Dijimos nosotros. Yo me senté en la cubierta, de haber alguna casualidad, yo estaría cerca. Pasamos a unos 50 pies del yate, una camarera llevaba una bandeja en las manos con una taza de café humeante, casi podía olerlo. En la parte trasera del barco una bella mesa adornada con flores acogía a una familia. Todos desayunaban tranquilos hasta que llegamos nosotros. Que sin ánimos de interrumpir solo seguimos de largo. Entonces lo reconocimos, su pelo copioso entrecano y sus facciones son inconfundibles. Todos en la mesa alzaron la vista para mirar a los intrusos. Yo desde la cubierta dije adiós con la mano, como es de costumbre saludar en el mar. Harrison fue el único de devolvió el saludo. Ustedes no se imaginan que fue lo que hizo esta criolla, gran admiradora de Indiana John: dar saltos y más saltos de alegría. De veras, cuál es el chance que una tiene de encontrar a una celebridad y que además ésta, me devuelva el saludo.


Después de esa grata experiencia que nuestro capitán nos proporcionó; yo me puse detrás del timón, él fue a cubierta: “¡Proa hacia el viento! ¡Alcen las velas!” Y Salty Shores emprendió su travesía hacia el estrecho entre el arrecife de Cactus y Colquhoun. Esa mañana entraba el primer oleaje del norte de la temporada. El caso es que, en dicho estrecho las olas parecían un muro, al menos de 10 a 12 pies de alto. Joel estaba en cielo, el ansiaba tener una navegación energética, y la tuvo. Cindy en cambió se sentía mareada, pero el aguacero ayudó a enfriar las nauseas y cuando paró la tormenta ya estábamos en la entrada del puerto de Tralis Bay.
Después de almorzar, los despedimos y Jim los llevó hacia el muelle. Su viaje en Salty Shares terminaba, pero comenzaba una nueva aventura para ellos en la isla, donde tenían reservado un hotel. A nosotros, en cambio, nos esperaba limpiar el barco, cambiar sábanas y toallas y preparar una cena, para recibir a nuestros próximos huéspedes; que llegaban en el avión de las 4 de la tarde.


AnechyNotes